El martes pasado no fui a trabajar y desde entonces no he vuelto. Un malestar físico y mental no me ha dejado de la mano. Bueno, cuando mi cuchufrutito me ha hecho cuchufritadas, pues la cosa cambiaba. Mañana me incorporo. Antes tengo que tomar una decisión sobre el máster que dejé a medias allá por el verano cuando me incorporé a mi nuevo trabajo. Debo más de 600 euros que entonces no podía pagar, unas prácticas en las que perdí más tiempo del deseado para poder entregar los 100 folios que me piden y ni una intervención psicológica de la vejez. No estoy ahora como para remover apuntes gerontológicos.
Lo malo es que no aprendo de los errores y la culpa no me deja respirar.
Sobreviviremos a esto también.
Lo malo es que no aprendo de los errores y la culpa no me deja respirar.
Sobreviviremos a esto también.
